Vistas de página en total

jueves, 23 de agosto de 2012

Músi...¿qué?


Argumento

Si bien existen distintos usos del término ‘síncopa’ podemos entrever mucho más de lo que nos dice el diccionario, ya que de jugar con el término orientados a la comprensión de la lógica del inconsciente, conseguiríamos articularlo para entender la construcción del vínculo y el sentido.

La idea fundamental de este trabajo es construir a través de la síncopa y la música un ejercicio teórico en que podamos utilizar lo descubierto a partir de las miradas de Lacan, abordadas por los distintos maestros y temas vistos en el diplomado.

El objetivo es descubrir la interacción entre la música y el sujeto, y su relación con sí mismo y la cultura, bajo el supuesto de que aquel movimiento del que participamos está compuesto de silencios y sonidos. 

Músi… ¿qué?: Descubriendo el lugar de la síncopa a través de la mirada analítica

“ El gran mito de la actualidad es pensar que la palabra es lo mismo que lo real.”
 Umberto Eco
_________________________________________________________________________________
Nota para el lector:

En una especie de tributo a uno de los autores que influyeron en el desarrollo de este escrito  recomiendo acceder al link: http://grooveshark.com/s/Praeludium+Improvisation/3XVQsA?src=5 (Copiar URL en la barra de dirección para escuchar).

El presente trabajo debe considerarse como una tangente a las muchas aportaciones y construcciones realizadas en un diplomado que tomé, así como un recuerdo de los autores que han reflexionado respecto a la música y el psicoanálisis.

Esta disciplina, el psicoanálisis, siempre ha coexistido con las artes, tanto escritas como ilustradas; sin embargo, existe una continua intermitente: la música. Esta ausencia se debe en gran parte a la amusia del padre del psicoanálisis, quien se diagnosticaría a sí mismo la dificultad de apreciar los conciertos en su ciudad de origen. De allí que busquemos introducir la reflexión respecto a su posición dentro de la comprensión de la clínica y la teoría, para articularlo en relación con el estudio del inconsciente y el sentido de la síncopa.

En una ocasión, durante una sesión, un paciente comenzó a hablar de lo mucho que apreciaba la música. Al surgir dicho tema, el adolescente me hizo percibir la existencia de ciertas defensas frente a  la rivalidad, que en sesiones anteriores abordaba con dolor; conforme describía con mayor detalle sus sensaciones frente a la música, pude ir vislumbrando que había algo más dentro de su discurso, lo que revelaba algo más profundo. Más tarde, el menor decidió reproducir la música que mencionaba en su celular, las notas avanzaban y el menor mostraba sus emociones abiertamente. Como sorteando la censura yoica, el menor expresaba su sentir, mismo que más tarde habría de ser tajantemente cortado por la intromisión del lenguaje verbal. Ésta es una de las ocasiones en que he podido vislumbrar ese punto medio en el que la música juega un rol mediador entre el lenguaje y el no lenguaje. Bastaría revisar varias sesiones con ese joven músico y con otros de la misma condición para comprender que las notas y melodías tienen cierto efecto en el sujeto. Así, en la clínica me atrevo a mirar con los mismos planteamientos el comportamiento casi tribal provocado en un gran baile o en un concierto de música clásica pues, aunque de distintas formas, la escucha de la síncopa provoca movilización del contenido inconsciente, a su vez facilita el adelgazamiento de la censura del individuo.

Es sabido que el origen de la música fue en la prehistoria, antes de la escritura. Aunque varios investigadores (Jean Jacques RousseauJohann Gottfried Herder o Herbert Spencerseñalan que su origen se dio a la par que el del lenguaje, como una versión primitiva de comunicación sonora a partir de la percusión y distintos sonidos bucales, el cual tenía como fin elevar a las deidades o a la misma naturaleza un mensaje de agradecimiento o una petición; de hecho, en distintos mitos se plantea la música como un regalo de los dioses entregado para contactar con ellos, recibir sus bendiciones o, incluso, maldiciones. Es aquí donde se podría ubicar la motivación contraria a la arbitrariedad en lingüística, señalada por Saussure, lo cual implica que, de manera similar a la onomatopeya, la música logra una relación vertical con respecto al significado (Masotta, O. 1991). Esto no quiere decir que la música se libre de la condición del lenguaje al plantear una cadena significante, el cual funge a partir del significado, pues a pesar de la ausencia de las palabras, la síncopa funciona de forma parecida al lenguaje, es decir, “el signo no requiere, para su funcionamiento, que esté presente algún referente en el acto de significación; se basta a sí mismo.” (Betteo, M. Agosto 2012) http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-171643-2011-07-07.html

Haciendo un paréntesis, es válido cuestionar: ¿de dónde surge el interés por el lenguaje en el psicoanálisis? Si bien, en su práctica clínica Freud comienza a poner especial atención en la cadena de asociaciones verbales construidas por sus pacientes histéricas, es más tarde que manifiesta su interés formal por el lenguaje simbólico, mismo que se identifica a partir de su primer tópico y, en especial, en el planteamiento del Proceso de Umschrift (re-escritura), mencionado en una carta a Fliess, en el cual se describe como la transición de la percepción a un signo, representante procesado a partir de la huella mnémica, misma que queda almacenada en el inconsciente. Aunque el padre del psicoanálisis va profundizando en la importancia del lazo social, no será hasta más tarde que el autor Jacques Lacan utilice los aportes de Saussure para profundizar en la descripción de la riqueza que posee el lenguaje en la constitución del individuo. A partir de allí, podemos hablar de la existencia del símbolo como el resultado del proceso mencionado, el cual se revelará a sí mismo como fuente articuladora del valor significante. Pero, ¿el significante delatará todo el contenido del símbolo? Imposible, pues su tarea es velar lo innombrable, expresar lo entre-dicho. Si bien la palabra surge como un lazo, se debe a esa condición de ocultar y representar. Lacan argumentaría que “la palabra, incluso en el extremo de su desgaste, conserva su valor de tésera” (figura cúbica con inscripciones que servía como código o distinción a los romanos), esto siempre respecto a la investidura brindada por el símbolo que presenta un sentido o una posición frente al deseo del mismo individuo. Entendiendo por ‘deseo’ la causa y consecuencia de la experiencia de falta provocada por el simple hecho de estar vivo, pues el individuo se halla en una lucha y búsqueda de la muerte. Esta dualidad se presenta como principio fundamental desde el cual se fundamenta la condición de sujeto; basta jugar con el significado del nombramiento “sujeto” para comprender que existe algo entrelazado, el individuo está encadenado a sí mismo por lo mismo que lo libera, los significantes.
Retomando el punto de partida en la sesión descrita, dentro de la que el menor escucha una canción -aunque valdría la pena centrarse en el acto evasivo que realizó-, observo la posible riqueza que implicó la forma en que lo hizo, pues no fue un simple encubrimiento, sino que hubo algo que provocó un movimiento pulsional y, quizás, tuvo la misma motivación que la canción de cuna a un bebé; esto con fundamento en la idea de que la mentira del signo nos habla alguna verdad (parafraseando a Umberto Eco). Esta hipótesis implicaría marcar un punto de articulación de la música, pero a la par no es único en sí. Pareciera que todas las artes comparten ese lugar, es por eso que me atrevo a reflexionar sobre un artículo de arte gráfico y señalar que el observador sólo va a contemplar a partir de la dimensión interna de las cosas, conllevando al principio de que al ver somos vistos. Los compositores, al igual que otros artistas, dejan vacíos y silencios a los que el sujeto espectador va sutilmente cubriendo con el velo de su subjetividad; es por esta idea que (aunque con el temor de sobre-interpretar un acto defensivo) plantearía que hay algún movimiento evocado en ese momento del acto de oír y sentir que tuvo el joven durante la sesión.

¿Podría ser que la música surgiera a manera de goce?, ¿algo más allá de lo verbal en que el menor estuviese en un momento extasiado por los sonidos? Planteamos la música dentro del borde del lenguaje en donde contacta con la motivación, quizás hasta empate con la satisfacción meta para alguna pulsión. Una canción, de la misma manera que puede provocar lágrimas, puede generar risas; pero al igual que la voz y la mirada no se puede poseer, sino que bordea la pulsión, la seduce y juega con ella, participando de un juego de tipo neurótico e inalcanzable. Aquí valdría la pena señalar que no por ello sería exclusivo de las neurosis, sino que quedaría como inalcanzable; por ejemplo, el personaje de The Shine que a pesar de su estructura obsesiva tiene un quiebre psicótico y no puede comunicarse más que con el contacto y la música, su lenguaje no es tan fluido como su manejo de las notas.

Hans (Análisis de la fobia de un niño de cinco años [caso del pequeño Hans]  Freud, S.; 1909), conocido realmente como Herbert Graf, habría de dedicarse a la música, lo cual podría deberse principalmente al gran interés en el cuerpo femenino y, a la vez, a la búsqueda de sentirse libre, sin andar de caballo de carga de cualquier carruaje. Será que el juego de las notas y sonidos generará una sensación de liberación (en su caso, con mayor satisfacción, al ser de su propia creación). Alguna vez oí decir, haciendo referencia a una canción, que ésta “era orgásmica”, situación que podría implicar que las artes participan en un juego libidinal.

Recalcando el rol del compositor y cuestionando el argumento en el que se señaló que el oyente participa del ejercicio de complementar los silencios de una canción, ¿por qué  un artista no terminaría su obra? Por lo que plantea la horda primitiva de Freud y las implicaciones que tiene la formación del lazo social, se puede dar como principal argumento que el hombre renunció a lo real y aceptó a las sombras de su deseo como imagen; es decir, que de alguna forma se prohibió la satisfacción directa del deseo, dando lugar a representaciones que aspiran a alcanzar su meta y siempre mantienen algo oculto entre líneas. De allí que podamos señalar la castración como dicha ley y a los silencios y vacíos de la obra artística, como el juego de la carta robada en que cada quien se imagina algo distinto dentro del sobre. Esta idea conlleva que toda producción artística implica un sentido y dirección; es decir, que de la misma forma que el discurso y la transferencia (término utilizado para hablar del vínculo entre analista y paciente, en el cual se reviven ciertos aspectos relacionados a la neurosis), en ese ejercicio podríamos señalar la función de un ritmo del sujeto, una serie de patrones emocionales en los que el individuo se estructura y con base en los cuales interactúa con el entorno. Entonces es que ese ritmo que hemos ido construyendo estaría atado al deseo o, dicho de otra forma, atado por la falta o el silencio. Este párrafo revela quizás una terminología que, en paralela, ata los conceptos de la composición musical, revelando las semejanzas con el lenguaje del psicoanalista; y, aún así, queda un concepto que tendrá particular función dentro de la función del psicoanalista por su rol como conductor hacia la síncopa, es decir, quien buscará entender el ritmo del analizando y fomentará la posibilidad de descubrir todos los juegos armónicos y des-armónicos relacionados a la cadena significante y la transferencia, pretendiendo entender esa estructura inconsciente y la lógica de su ilógica.


Retomando la idea podríamos cuestionar si en realidad, como la gran mayoría de las producciones artísticas, la música logra participar de ese término que producimos respecto a la síncopa. En 1871, Nietzsche se adelanta y plantea la siguiente reflexión: “¿acaso hay un reino de sabiduría del cual esté desterrado el lógico? ¿Acaso el arte es incluso un correlato y suplemento necesarios de la ciencia?” Dentro de está serie de planteamientos el autor conduce a un clímax en que aplaude la generación rítmica y plantea la posibilidad de un punto dentro de la relación de lo apolíneo y dionisíaco, en el sentido del juego del deseo humano.  Indudablemente esto tiene de trasfondo en parte la amistad que tuviera con el compositor Wagner en la época en que escribió este texto; sin embargo, no sería adecuado descartar su construcción por esos puntos que habrían de costarle la docencia en la Universidad de Basilea, más aún, cuando la construcción del sentido de síncopa en el análisis coincide con el concepto de producción que puede generar la movilización y juego de las notas en el sujeto mismo que, siendo más atrevidos, sería semejante a la producción de Joyce de neologismos. Ese buscaría ser el rol de la síncopa, esa posibilidad de movilizar de cada campo en el que se encuentra inmerso el individuo (real, simbólico e imaginario), razón por la cual sería el sinthome la causa y resultado de la síncopa.

¿Quiere decir que todo melómano y el joven paciente poseen la posibilidad de jugar sus ritmos en una síncopa libre? No, esto significa que la música si bien puede funcionar como un significante bruto o puede acercarse más a la motivación, siempre estará en movimiento en el borde. Es decir, que podrá jugar varias posiciones a partir de la estructura del sujeto, aunque siempre podrá alcanzar a desarrollarse como la síncopa que se divierte rompiendo las armonías a las que pareciera el sujeto se encuentra atado; es de allí que surge la fascinación por esos sonidos que a veces se producen alargando notas y permitiéndoles extinguirse, esa posibilidad de dar al silencio un papel comparable al de los instrumentos dentro de un conjunto. Es el ejercicio de poder asumir la falta y utilizarla como pieza del juego con el deseo, reflexión semejante a la que introduce Freud al señalar la presencia de la pulsión de muerte como un continuo del cual no es posible huir, pues básicamente es algo universal (quizás de las pocas cosas universales).

Por lo ambicioso de este tema, será forzoso dejar inconcluso por ahora este escrito por medio del cual se busca comprender la relación entre síncopa, sinthome y transferencia, tanto en la clínica como en la teoría.

Referencias

Freud, S. (1909) Análisis de la fobia infantil de un niño de cinco años (caso del pequeño Hans). Ed. Amorrortu; Buenos Aires.
Freud, S.  (1913-1914) Tótem y Tabú, y otras obras. Ed. Amorrortu; Buenos Aires.
Freud, S.  (1920-1922) Más allá del principio de placer, Psicología de las masas y análisis del yo, y otras obras. Ed. Amorrortu; Buenos Aires.
Massota, O. (1992) Lecturas de Psicoanálisis, Freud y Lacan. Paidós; Barcelona.
Nietzcshe, F. (1871) Nacimiento de la tragedia. Nueva Visión; Madrid.

viernes, 15 de junio de 2012

"La vida es un juego de Jenga" 2007

A continuación les presento una reflexión que hice hace al menos unos 5 años. De la cual no hace falta ninguna gran contextualización pues la intención fue crear algo atemporal que aplicará sin importar el momento en el espiral del tiempo, sin embargo ya encontré se puede completar y perfeccionar.
 Originalmente contaba con una breve explicación del origen del escrito a partir de una conversación; pero me parece para este medio está de más, y generalmente los lectores digitales optarán por el texto más breve.

La cosa empezaba más o menos de la siguiente manera:

- Imagina... (me encanta usar esta palabra por su profundidad y abstracción) abres los ojos y estás en una mesa, frente a tí algunas piezas de madera alrededor, hay varias personas a tu alrededor que de incoo son desconocidas para ti. Estás en un juego, nadie te preguntó, ni advirtió; estás y punto. Las reglas de la situación nadie las explica, las tienes que aprender a partir de lo que ves hacen los demás y uno que otro comentario de los más cercanos a tu alrededor; lo cual ayuda a que vayas desarrollando tu propio estilo de juego y estructura (quien dijo cómo debías de construir). Las piezas frente a tí aumentan y disminuyen a partir de la interacción con las personas a tu alrededor con quienes hay un juego de intercambiar, una herramienta o límitante  como lo veas, pues de cierta forma sigues reglas de inicio reglas que no escribiste de un juego que no pediste. El estilo de cada torre es distinto, algunas altas y sin muchos cimientos, otras son bajas casí asemejando más un cubo que otra cosa, algunas no tienen principio ni fin; pero todos en su destrucción o creación tienen cierto efecto. Algunos mantienen una misma forma todo el tiempo, otros la derrumban continuamente y algunos  ni siquiera se han percatado de que tienen piezas, pues se quedaron deslumbrados por la belleza del vació.

La gente a tu alrededor se mueve con sus creaciones de un lado a otro en base a la interacción que tienen, lo que provoca que a veces algunas mesas parezcan más pobladas y otras veces vacías ; pero sin lugar a dudas cada quien en su continuo movimiento llegó y se va básicamente solo. -

La intención original de esto era construir una irregular alegoría incompleta, acerca de mi perspectiva en aquel momento de la vida. La cual no puedo fundamentar y quizás ni siquiera comprender en su completud, como lo hiciera en aquel momento.

Digamos que en un intento transicional de escribir y ya construir algo más serio, me doy la oportunidad de rescatar ideas que se mantuvieron mucho tiempo en un cuaderno arrumbado en aquel rincón perdido en que se vislumbra el límite de lo soñado y lo vivido.




lunes, 5 de diciembre de 2011

Rompiendo silencio.

¿Alguna vez has tenido esa sensación de que todo está perdido? Es como ir cayendo por un precipicio hacia dentro de tí.

Todos tenemos el derecho a vivir una gran historia, aunque repetidas veces lo olvidamos.

Hoy me desperté, he ahí algo que narrar, tantas veces lo he hecho que olvide disfrutar todo lo que implica. Cada mañana es distinta en sus pequeños detalles, hoy por ejemplo fue bastante naranja, las nubes parecían carpas. Yo tenía carpas cuando era más pequeño, recuerdo la tienda donde cada domingo compraba distintas especies para que se acompañaran entre sí en su pecera. Entre esos recuerdos también viene a mi mente la historia de una tortuga que se hizo de piedra.

Mi vida está hecha de tantos trazos que sería imposible entenderlos y recordarlos todos. Me encanta hacer garabatos sin sentido en mis cuadernos, desde pequeño lo hacía en clase. Pocos se daban cuenta, sólo recuerdo en una ocasión en la que me dijeron algo al  respecto. La verdad es que las clases pocas veces  me bastaban y mi mente tendía a escaparse a universos paralelos, para crear historias y distintas posibilidades.

Un nuevo amanecer, ahora es  grisáceo y  llovizna. Soy alguien melancólico, la verdad es que aunque no se muestre, soy sensible, y me encantan estos días por el efecto que tienen en mí, me transforman. Además aún creo en algunas leyendas prehispánicas, para mi lluvia es vida y bendición.

Soy el silencio, quizás debí presentarme antes; pero como soy tan callado lo olvide. Ya casí desaparece en mí el recuerdo de quien era antes; pero alguna vez fui una persona bastante normal.

En está ocasión me daré la posibilidad de romperme (ósea romper el silencio) y compartirles mi origen y la situación que me llevó a transformarme en un observador.  Lo que más me gusta de está maldición es la posibilidad de escuchar gran cantidad de conversaciones y surgir con la pausa en el momento clave, dentro de la mayoría de ellas.

Recién me gradue de la preparatoria decidí buscar un trabajo en lo que elegía mi profesión, recuerdo de ese día todas las promesas elevadas por los sueños que tenía. Llegué a la mesa del desayunador con gran emoción y busqué con velocidad la sección del impreso, en que alguna oportunidad me esperaba. Mi dedo se delizó por el aspero camino entre tintas, hasta que llegó a un pequeño aviso que recitaba de inicio:
                                             
                                                      Esta no es una oportunidad cualquiera, 
                                                      piensálo dos veces antes de leer más...

Un viejo truco publicitario, me dije a mi mismo y seguí leyendo. Era una gran oportunidad, ofrecían viajes con gastos cubiertos y un sueldo que envidiaría cualquier universitario recién graduado.

De inmediato dejé mi desayuno, me bañé y puse el traje, ese mismo que use para la graduación. Algunos cambios de ruta después el micro  me dejó a algunas cuadras del lugar al que habría de ir a aplicar.

Buenos días.- la voz de esa mujer era gangosa y aguda, toda su apariencia y persona  le provocaría reproche hasta al más caritativo de los samaritanos; sin embargo yo debía contenerme y comportarme como sí frente a mí se encontrará la reina de Inglaterra. Minutos después el  derroche de mis encantos y simpatía tuvo éxito, entrevistado por el mero mero; yo con la frente en alto me sentía capaz de entrar hasta a los Pinos con tan solo mi sonrisa.

Entregué mi solicitud de empleo al caballero de facciones gruesas y mirada pesada, quién sólo realizaría una pausa para escanearme y preguntarme: "¿En realidad comprendes en lo que te estás metiendo?". No sabía que responder, pero mi estúpida boca se hizo cargo y dijo un discurso sin que las ideas pasaran por el meticuloso filtro, de mi mente.

"Perfecto tiene el puesto, sólo lea con detalle el contrato,y en cuanto lo firme nosotros nos haremos cargo del resto". ¡Era una biblia! La cargue a casa y al llegar aún me cuestionaba sí una semana era suficiente para terminar de revisar esa cosa. Sonó mi celular mientras yo preparaba el mood de lectura en mi habitación:

"Güey, ¿qué haces? lanzáte al bicho ¿no? Están el Muerto y el Desauciado. De aquí ya vemos que pedo con nuestras vidas. No  falles ca´on."

Regresando del billar y una que otra peda casera a la que nos anexamos caí muerto. No sé pero resulta que al recordar que tenía que leer el contrato ése ya había pasado una semana e iba en el micro rumbo a la cita al susodicho lugar.
"Firme aquí , y aquí. Listo, felicidades." ¿Qué tan malo podría ser? es un trabajo temporal... o bueno eso creía antes de leer el contrato.

Todo cambió repentinamente, a pesar de que parecía tan igual. Caminaba con ligereza hacia la parada del camión, cuando noté que a mi paso todo era silencio.

¿Qué pedo?,  ¿No? Digo está bien que uno provoqué reacción por ser rostro; pero no mames. Sólo las moscas hacían ruído. De inicio pensé que eran coincidencias de la vida qué en el momento que me acercaba todos callarán, ya unos días después me freakeé y de inmediato hallé la relación entre lo de la chamba y estos sucesos de la dimensión desconocida.

Me dirigí al esperpento de secretaria ese con nada de cordialidad , para que me dijera que yo era el suplente del imbecíl que me engaño y contrató. Le pregunté de que se trataba este empleo y me respondió la sin vergüenza:  "Lo dice su contrato jóven.". Me choca tanto que tengan la razón cuando me equivoco, y peor aún es tener que quedarse callado.

Y pues ahora soy silencio. Me encargo de lo que se escucha entre canciones de los discos, de esos instantes incómodos y algunas veces me encargo de dar teatralidad a un discurso. A veces digo tantas cosas que no hace falta escucharlas para entenderlas. Guardar silencio no es decir nada, sino que implica una manera distinta de comunicar.

Pero bueno, regresando a la razón de mi irrupción en tu mente:   ¿Alguna vez has tenido esa sensación de que todo está perdido? Yo la tengo seguido y cada vez la acepto más. No entiendo claro el porqué, pero la llamada de mi amigo el día del billar portaba justo esa emoción. Supongo que se debe a que algunos buscan no sentirse sin sentido ni destino, por medio del ruído y otros lo hacen con el silencio; pero al final nos conduce por igual una pregunta, la falta de respuesta interminable a la que hay que disfrutar como la bella ignorancia de la vida que nos seduce siempre guardándose su nombre y tacto. Me he dado cuenta que a algunos les asusta y la evitan; sobre todo porque esa hermosa dama tan reservada tiene otro nombre, la muerte. Encantadora persona me la he topado dos o tres veces (cuestiones laborales que coincidimos en funerales o cosas así) sabe hacer su trabajo muy bien.

Hoy amaneció un cielo rojo y brillante, lo cual me recuerda a esa pasión por ser, a veces tan agresiva y otras tan cursi; pero siempre muy intensa.

domingo, 30 de octubre de 2011

Un escrito hace muchos años: Sobre la Interpretación psicoanalìtica del arte (censurada)

Arte e interpretación

“El arte consigue conciliar el principio de placer y el de realidad por un camino peculiar” (Freud, 1911, p. 635).Muchos hablan del arte como comunicación, como una transmisión de algo que el artista intencionalmente o no  plasma en un escrito, en una pintura, en la película, en mármol, o lo que el desee; en cada obra busca dejar huella, dejando parte de su historia y a veces sin darse cuenta. Existen varios artistas que señalan, como Goya, que la pintura plasmaba emociones, y partes del mismo autor; con el psicoanálisis, el inconciente, el simbolismo, la sublimación, la creatividad y otros conceptos, se observó que desde un inicio el arte tenía algo más que estética y belleza, que había símbolos por los que el artista comunicaba algo, a veces sin siquiera tener la intención. En realidad tiene mucha lógica, pues se trata de una corriente de la psicología que en muchos temas usa la mitología para explicarse, ya que los mitos griegos son obras de literatura muy importantes que comunican situaciones y visiones, del medio y lo que en éste acontecía, problemáticas sociales y personales elevadas a problemas en mitos y cuentos, como una manera de comunicar fantasías y miedos, etc.

Para poder hacer uso de la interpretación de una obra de arte, debemos partir de la biografía detallada del artista; pues de lo contrario sólo podríamos ver los símbolos universales o sociales de la época (pues la simbología puede ser personal o puede ser social)  y caeríamos en algo o muy ambiguo o general. Para poder hacer la comprensión de esto más sencilla intentaremos hacer una muy breve interpretación de la obra de Botticelli “la Primavera” y “Palas y el Centauro”, las cuales al parecer iban una después de la otra en su orden original.

Botticelli, o Alessandro Filipepi, nació en 1445 o finales de1444, 24 años menor que su hermano mayor, famoso por amor a la buena mesa y el buen vino además de su baja estatura, combinación  que le atribuyó el apodo de tonel pequeño, botticello, sobrenombre que más tarde tomaría un sentido más poético al ser heredado por el artista. A sus 14 años fracasó como contador en el negocio del padre y fue enviado a trabajar como aprendiz en casa de un orfebre, más tarde sería acogido por el ex fraile carmelita Filippo Lippi, muy famoso pintor de esa época, destacó de tal manera en su grupo que fue acogido por los Médicis, una familia muy sencilla que de la noche a la mañana enriqueció y decidió dedicarse a la política; básicamente así surge el inicio de la carrera del gran pintor. Para poder hacer una interpretación más profunda habríamos de escribir todo un libro acerca de la biografía y buscar todos los detalles que hasta el año de la realización de su obra había vivido Botticelli, pero siendo tan sólo un ejemplo nos iremos guiando por símbolos universales que  se presentan en las obras.

Botticelli siendo un neo platónico nos transmite la victoria de la rigidez ante los impulsos incontrolables como sí fuera un cuento, en muchas ocasiones este artista pintó novelas o series de pinturas para contar una historia como  la novela de Nastacio degli Onesti  e Historias de San Cenobio; la unión de La Primavera y Palas y el centauro nos revelan o describen el desarrollo de una persona comenzando desde Céfiro, cuya impulsividad y deseo de Cloris afectan hasta al medio ambiente doblando los árboles, luego está atacando a Cloris cuya boca saca vida y nos recuerda a la oralidad que se transforma después de dar vida en si con sus propias manos, lo cual se observa en Flora, quien es la misma persona de Cloris, recordando los famosos versos de Poliziano. Después vemos una figura maternal en  Venus (centro de dos pinturas de Botticelli, El nacimiento de Venus) que con su manto rojo nos recuerda la sexualidad madura de una madre, misma que dentro de la mitología es la razón de los ojos vendados por el sentimiento de culpa de Cupido, el cual apunta con su flecha a Castidad, que es una de las tres gracias (junto con Placer y Belleza) como deseando dejar el incestuoso desero por el objeto prohibido;  indiferente Castidad esta en un baile , mientras comienza a desear con la mirada a Mercurio, cuya toga roja exhibicionista le atrae. En la hipotética continuación de esa pintura Palas y el centauro vienen a concluir con la madurez de Palas y el control sobre la lujuria, los impulsos agresivos y el descontrol que en ese entonces representaba el centauro.

Lo que acabamos de desarrollar es una muy a “grosso modo” interpretación pues habríamos de desarrollar desde como se explica en la mitología el evento en el jardín de Venus  la Alegoría a la primavera, en Grecia antigua, entre otros aspectos que requieren mayor argumentación.

Lo más importante al realizar una interpretación es la transferencia, es decir la sensación que nos da una pintura tanto el agrado como el desagrado.

Pero recalquemos que nuestro análisis olvidó tanto la estética como la técnica, y lo que hizo fue un intento de descubrir el contenido inconciente de una pintura a partir de la visión freudiana; por lo tanto como en cualquier teoría, existe la posibilidad de errores, y sobre todo en esta ocasión no fue más que un humilde intento de compartir algunos conocimientos a otras disciplinas de la universidad e interesados lectores.

lunes, 20 de junio de 2011

Al libro

La sensación aspera de las esquinas que pasan por las yemas de mi tacto, una tras otra caricia te desnudas de nuevo ante mí, creas y transformas las ideas en mi mente;  cómo lo has hecho desde la primera vez.

Esos lunares que muestras al desnudarte me han enseñado de amor y verdad, cada recoveco de tu cuerpo, cada viviente imágen que creas en mi mente, se extiende como las raíces de un frondoso árbol en un bosque de conceptos, sentimientos y creencias.

Una sinfonía surge de las letras impresas en papel, por un autor. Y a su vez es transformada por la subjetividad de lector, que por medio de sus ojos escucha.

Cada palabra que posees está abierta a universos de posibilidades, decirte terminado o fin es tan sólo el inicio de una reflexión interminable.

Fin.

viernes, 13 de mayo de 2011

Al cerrar la llave del lavadero cae una gota.

Rompiendo el vacío, se abren los espacios. Pequeños murmullos avisan con cierto atino, la cercanía del impacto al final del precipicio; ese punto sin retorno en que termina el ciclo de un universo.

Todo es distorsionado por la mirada de algo que pudo ser vida y fuerza; y que sin embargo se convirtió en desperdicio, una existencia entera más que termina en el absurdo. Sí hay justicia en el universo en un futuro serás vapor de alguna estrella, puede que viajes por dimensiones e ilusiones y termines en un lugar mejor. Tú fin es el inicio para los pedazos de tí que se liberarán uno a uno. No llores más mientras termina este sufrimiento, recuerda que cada lagrima que sueltas adelanta tu final.

Impacto.

Tus restos yacen allí en el frío metal, y resbalas creando una silenciosa pero musical despedida. No te merecimos pequeño diamante, que negligente a tu destino a nuestro servicio preferiste soltarte en caída libre al futuro, a otro mundo.

Los reflejos que provocas revelan que dentro de tí hubo galaxias y mundos desconocidos, cada pequeño pedazo de tí vibro de una manera tan magna que ninguna descripción haría justicia al maravilloso trayecto que duró apenas un respiro humano.

Algunas de tus hermanas te decidieron seguir  realizando un mismo acto suicida una tras otra, conscientes todas de que esto fue tan solo una pizca de la eternidad, que los ciclos y espirales caóticos del universo en su compleja física y química las llevarán a otro espacio en el cual puede que se encuentren nuevamente.

Unos segundos más y te habrás evaporado, en un último esfuerzo tus labios besan el metal en donde yacen los restos de tí; te despides con nobleza de esta existencia y abrazas con seguridad a la incertidumbre.

El líquido diamante ya fue, nace algo nuevo que comienza a ascender sin grandes fanfarrias, para dar un nuevo inicio a su ciclo.

Tu destello fue la fugacidad que me hizo abrir los ojos y por un momento comprender en tu reflejo que hay algo más, incomprensible e infinito; por lo que estoy aquí.

jueves, 28 de abril de 2011

El deber

Muchas veces hablamos del "deber ser" de los "deberes"; pero ¿en realidad tenemos la más remota idea de que significa el deber? Algo ¿moral? , ¿una posición con la que nacemos?, ¿algo social? o ¿ético? Quizás para llegar a entender el deber es necesario establecer una pregunta previa,  acerca de su naturaleza.

Antes de continuar abriría un parentesís para hacer la referencia interesante que hace nuestro idioma con la palabra deber a deuda; y la forma en que pareciera (sobre todo en nuestra población) se conecta con algo que tenemos que dar a Otro a cambio de algo que nos dió- Ahora recordarás el reclamo universal de las madres, que ni siquiera me parece necesario repetir pues tu mente de seguro lo recordó-.  El  deber es el implícito que atá, esa cadena de significados y experiencias de tu progenitora y tu padre te transmiten y que en alguna medida te establece normas de funcionamiento y comprensión de tu entorno; lo natural sería que conforme se da el proceso de individualización vayas eligiendo que te sirve y ayuda a crecer o que por el otro lado puedes rechazar o cambiar.

¿Cuál es la razón por la que el ser humano acepta, o sin aceptar actúa bajo un deber?  es necesario admitir que hay muchas causas, como las hay motivaciones y desmotivaciones algunas más claras y otras no tanto. Todos nos encontramos enredados en una cadena de promesas hechas por nuestros antepasados y por nosotros a los que siguen; el deber es una atadura bajo la cual existimos. La fantasía de nuestros padres y abuelos, los deberes civícos del ciudadano moderno, el deber no es un eje único es la cruza de decisiones que por libertad nos conducen a comprender que en toda relación nos convertimos en negociadores, que continuamente se mueven de proveedores a clientes. El ser humano necesita el deber para relacionarse, dificilmente la interacción entre personas estará ausente de la constitución no hablada de un contrato de correspondencia.

Entonces ¿el deber es implícito a la naturaleza humana? , ¿a nosOtros? Al parecer nos es necesario para coexistir en sociedad, quizás lo no natural son todos aquellas ditorsiones que le hemos dado  a los lineamientos de nuestra interacción. Una atadura puede servir de sostén y ayuda; pero otra puede llegar a sofocar.

Lo interesante sería alcanzar a entender que  a pesar de que el deber es algo cultural necesita de la aceptación del  individuo para poder existir; a lo que voy con ello es que el ciclo del deber  puede ser entendido como yo le debo al Otro para que éste me deba y otorgue algo a mí, que a su vez va implicar que le debo algo; el deber es algo que le debemos a un objeto interno, entendido por la expectativa de una compensación a nuestro esfuerzo y entrega. Es entonces que el deber puede ser entendido como función interna de deberse a sí mismo, de demandarse a sí mismo, algo como esperado o necesario.

Elevaría entonces la idea de que aunque el deber lo entendemos principalmente como una cuestión de interacción, pareciera que tiene de tras fondo una función interna.

Así que exhortaría a todo lector a cuestionarse ver que deberes no le son armoniosos en su andar por la vida,y  reconocer todas las veces que se ha sofocado su libertad.

Como todos los escritos dentro de este blog el tema está sujeto a discusión y crítica, así que no deban y atrevanse a comentar.