A continuación les presento una reflexión que hice hace al menos unos 5 años. De la cual no hace falta ninguna gran contextualización pues la intención fue crear algo atemporal que aplicará sin importar el momento en el espiral del tiempo, sin embargo ya encontré se puede completar y perfeccionar.
Originalmente contaba con una breve explicación del origen del escrito a partir de una conversación; pero me parece para este medio está de más, y generalmente los lectores digitales optarán por el texto más breve.
La cosa empezaba más o menos de la siguiente manera:
- Imagina... (me encanta usar esta palabra por su profundidad y abstracción) abres los ojos y estás en una mesa, frente a tí algunas piezas de madera alrededor, hay varias personas a tu alrededor que de incoo son desconocidas para ti. Estás en un juego, nadie te preguntó, ni advirtió; estás y punto. Las reglas de la situación nadie las explica, las tienes que aprender a partir de lo que ves hacen los demás y uno que otro comentario de los más cercanos a tu alrededor; lo cual ayuda a que vayas desarrollando tu propio estilo de juego y estructura (quien dijo cómo debías de construir). Las piezas frente a tí aumentan y disminuyen a partir de la interacción con las personas a tu alrededor con quienes hay un juego de intercambiar, una herramienta o límitante como lo veas, pues de cierta forma sigues reglas de inicio reglas que no escribiste de un juego que no pediste. El estilo de cada torre es distinto, algunas altas y sin muchos cimientos, otras son bajas casí asemejando más un cubo que otra cosa, algunas no tienen principio ni fin; pero todos en su destrucción o creación tienen cierto efecto. Algunos mantienen una misma forma todo el tiempo, otros la derrumban continuamente y algunos ni siquiera se han percatado de que tienen piezas, pues se quedaron deslumbrados por la belleza del vació.
La gente a tu alrededor se mueve con sus creaciones de un lado a otro en base a la interacción que tienen, lo que provoca que a veces algunas mesas parezcan más pobladas y otras veces vacías ; pero sin lugar a dudas cada quien en su continuo movimiento llegó y se va básicamente solo. -
La intención original de esto era construir una irregular alegoría incompleta, acerca de mi perspectiva en aquel momento de la vida. La cual no puedo fundamentar y quizás ni siquiera comprender en su completud, como lo hiciera en aquel momento.
Digamos que en un intento transicional de escribir y ya construir algo más serio, me doy la oportunidad de rescatar ideas que se mantuvieron mucho tiempo en un cuaderno arrumbado en aquel rincón perdido en que se vislumbra el límite de lo soñado y lo vivido.
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