Antes de continuar abriría un parentesís para hacer la referencia interesante que hace nuestro idioma con la palabra deber a deuda; y la forma en que pareciera (sobre todo en nuestra población) se conecta con algo que tenemos que dar a Otro a cambio de algo que nos dió- Ahora recordarás el reclamo universal de las madres, que ni siquiera me parece necesario repetir pues tu mente de seguro lo recordó-. El deber es el implícito que atá, esa cadena de significados y experiencias de tu progenitora y tu padre te transmiten y que en alguna medida te establece normas de funcionamiento y comprensión de tu entorno; lo natural sería que conforme se da el proceso de individualización vayas eligiendo que te sirve y ayuda a crecer o que por el otro lado puedes rechazar o cambiar.
¿Cuál es la razón por la que el ser humano acepta, o sin aceptar actúa bajo un deber? es necesario admitir que hay muchas causas, como las hay motivaciones y desmotivaciones algunas más claras y otras no tanto. Todos nos encontramos enredados en una cadena de promesas hechas por nuestros antepasados y por nosotros a los que siguen; el deber es una atadura bajo la cual existimos. La fantasía de nuestros padres y abuelos, los deberes civícos del ciudadano moderno, el deber no es un eje único es la cruza de decisiones que por libertad nos conducen a comprender que en toda relación nos convertimos en negociadores, que continuamente se mueven de proveedores a clientes. El ser humano necesita el deber para relacionarse, dificilmente la interacción entre personas estará ausente de la constitución no hablada de un contrato de correspondencia.
Entonces ¿el deber es implícito a la naturaleza humana? , ¿a no
Lo interesante sería alcanzar a entender que a pesar de que el deber es algo cultural necesita de la aceptación del individuo para poder existir; a lo que voy con ello es que el ciclo del deber puede ser entendido como yo le debo al Otro para que éste me deba y otorgue algo a mí, que a su vez va implicar que le debo algo; el deber es algo que le debemos a un objeto interno, entendido por la expectativa de una compensación a nuestro esfuerzo y entrega. Es entonces que el deber puede ser entendido como función interna de deberse a sí mismo, de demandarse a sí mismo, algo como esperado o necesario.
Elevaría entonces la idea de que aunque el deber lo entendemos principalmente como una cuestión de interacción, pareciera que tiene de tras fondo una función interna.
Así que exhortaría a todo lector a cuestionarse ver que deberes no le son armoniosos en su andar por la vida,y reconocer todas las veces que se ha sofocado su libertad.
Como todos los escritos dentro de este blog el tema está sujeto a discusión y crítica, así que no deban y atrevanse a comentar.