Arte e interpretación
“El arte consigue conciliar el principio de placer y el de realidad por un camino peculiar” (Freud, 1911, p. 635).Muchos hablan del arte como comunicación, como una transmisión de algo que el artista intencionalmente o no plasma en un escrito, en una pintura, en la película, en mármol, o lo que el desee; en cada obra busca dejar huella, dejando parte de su historia y a veces sin darse cuenta. Existen varios artistas que señalan, como Goya, que la pintura plasmaba emociones, y partes del mismo autor; con el psicoanálisis, el inconciente, el simbolismo, la sublimación, la creatividad y otros conceptos, se observó que desde un inicio el arte tenía algo más que estética y belleza, que había símbolos por los que el artista comunicaba algo, a veces sin siquiera tener la intención. En realidad tiene mucha lógica, pues se trata de una corriente de la psicología que en muchos temas usa la mitología para explicarse, ya que los mitos griegos son obras de literatura muy importantes que comunican situaciones y visiones, del medio y lo que en éste acontecía, problemáticas sociales y personales elevadas a problemas en mitos y cuentos, como una manera de comunicar fantasías y miedos, etc.
Para poder hacer uso de la interpretación de una obra de arte, debemos partir de la biografía detallada del artista; pues de lo contrario sólo podríamos ver los símbolos universales o sociales de la época (pues la simbología puede ser personal o puede ser social) y caeríamos en algo o muy ambiguo o general. Para poder hacer la comprensión de esto más sencilla intentaremos hacer una muy breve interpretación de la obra de Botticelli “la Primavera ” y “Palas y el Centauro”, las cuales al parecer iban una después de la otra en su orden original.
Botticelli, o Alessandro Filipepi, nació en 1445 o finales de1444, 24 años menor que su hermano mayor, famoso por amor a la buena mesa y el buen vino además de su baja estatura, combinación que le atribuyó el apodo de tonel pequeño, botticello, sobrenombre que más tarde tomaría un sentido más poético al ser heredado por el artista. A sus 14 años fracasó como contador en el negocio del padre y fue enviado a trabajar como aprendiz en casa de un orfebre, más tarde sería acogido por el ex fraile carmelita Filippo Lippi, muy famoso pintor de esa época, destacó de tal manera en su grupo que fue acogido por los Médicis, una familia muy sencilla que de la noche a la mañana enriqueció y decidió dedicarse a la política; básicamente así surge el inicio de la carrera del gran pintor. Para poder hacer una interpretación más profunda habríamos de escribir todo un libro acerca de la biografía y buscar todos los detalles que hasta el año de la realización de su obra había vivido Botticelli, pero siendo tan sólo un ejemplo nos iremos guiando por símbolos universales que se presentan en las obras.
Botticelli siendo un neo platónico nos transmite la victoria de la rigidez ante los impulsos incontrolables como sí fuera un cuento, en muchas ocasiones este artista pintó novelas o series de pinturas para contar una historia como la novela de Nastacio degli Onesti e Historias de San Cenobio; la unión de La Primavera y Palas y el centauro nos revelan o describen el desarrollo de una persona comenzando desde Céfiro, cuya impulsividad y deseo de Cloris afectan hasta al medio ambiente doblando los árboles, luego está atacando a Cloris cuya boca saca vida y nos recuerda a la oralidad que se transforma después de dar vida en si con sus propias manos, lo cual se observa en Flora, quien es la misma persona de Cloris, recordando los famosos versos de Poliziano. Después vemos una figura maternal en Venus (centro de dos pinturas de Botticelli, El nacimiento de Venus) que con su manto rojo nos recuerda la sexualidad madura de una madre, misma que dentro de la mitología es la razón de los ojos vendados por el sentimiento de culpa de Cupido, el cual apunta con su flecha a Castidad, que es una de las tres gracias (junto con Placer y Belleza) como deseando dejar el incestuoso desero por el objeto prohibido; indiferente Castidad esta en un baile , mientras comienza a desear con la mirada a Mercurio, cuya toga roja exhibicionista le atrae. En la hipotética continuación de esa pintura Palas y el centauro vienen a concluir con la madurez de Palas y el control sobre la lujuria, los impulsos agresivos y el descontrol que en ese entonces representaba el centauro.
Lo que acabamos de desarrollar es una muy a “grosso modo” interpretación pues habríamos de desarrollar desde como se explica en la mitología el evento en el jardín de Venus la Alegoría a la primavera, en Grecia antigua, entre otros aspectos que requieren mayor argumentación.
Lo más importante al realizar una interpretación es la transferencia, es decir la sensación que nos da una pintura tanto el agrado como el desagrado.
Pero recalquemos que nuestro análisis olvidó tanto la estética como la técnica, y lo que hizo fue un intento de descubrir el contenido inconciente de una pintura a partir de la visión freudiana; por lo tanto como en cualquier teoría, existe la posibilidad de errores, y sobre todo en esta ocasión no fue más que un humilde intento de compartir algunos conocimientos a otras disciplinas de la universidad e interesados lectores.