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martes, 4 de enero de 2011

Michael Franken-Jackson-stein

Como un mounstro que se va apoderando y sobrepasa a su creador, así fue (o ha sido) de cruel la fama con este personaje tan polémico.

Me parece muy tangible la posibilidad de vislumbrar las semejanzas entre la creación de Mary W. Shelley y la moderna versión del Rey del Pop; un hombre que busca sin saciedad alguna el ser humano; opuesto a su naturaleza, a la razón de su creación.

Sería quizás una comparación más agradable para muchos la que se hace con respecto al personaje de Peter Pan; pero me parece más adecuada la Frankenstein pues al fin la búsqueda de ser un infante -por parte de Michael Jackson- es más semejante a la que tienen Frankenstein y el Hombre de Hojalata por un corazón, en el sentido figurativo.

"¿Qué era entonces yo?..." se cuestiona la creación del polémico Dr. Frankenstein, al ver a las demás personas. No será ese el mismo cuestionamiento que existió; tantas veces en ese rostro continuamente transformado, en esa creación cuya finalidad era siempre ser el producto número uno para los consumidores. De allí que surjan tantas deformaciones al concepto de familia- no digo deformaciones a manera devaluatoria, sino en un sentido objetivo hacia la versión adaptada del concepto y búsqueda por parte del astro del pop- ; de la misma manera que aquel monstruo que en búsqueda de tener la posibilidad de recibir afecto, y sentir pertenencia intenta recibir una pareja.

Pareciera que en realidad la criatura del Dr., en la obra de Mary Shelley, y Michael Jackson nos reflejan algo que en varios guiones de Tim Burton es observable; la creación que siente un vacío, la limitación apesar de su fuerza, tijeras, entre otras posibilidades.


Ahondando en ello podríamos ver el claro ejemplo del hombre manos de tijeras, como el puente entre los personajes de los que se ha hablado con anterioridad. Ese nexo de inadaptación y reconocimiento en que se manejan el trío de creaciones. La diferencia quizá yace en que el personaje de Burton tuvo un creador que le reconocío y fue dando las posibilidades de humanizarse; sin embargo no concluyó la parte del tacto. Misma que ocasiona la imposibilidad de dar y recibir afecto, al igual que a Jackson y Frankenstein.

Con ello no quiere decir que ninguno de los personajes haya dado afecto, sino la imposibilidad de expresarlo de la manera cotidiana; pues en realidad el afecto surge de la manera que se ha comprendido se da afecto.

El tema es bastante profundo y puede irse desarrollando y argumentando más en base a los comentarios que vayan quedando en este blog; pero por el momento me bastaría hacer hincapíe en que pasa si este modelo de Franken-Jackson-stein se aplica a la sociedad, y postulara la existencia de creaciones, de hij@s que nacen de pedazos de muertos y vivos y nunca son recibidos con el afecto y entonces en su búsqueda destruyen y se destruyen.

El punto de esto es que sea desmenuzado, no pienso en ningún momento tener la verdad aquí sino simplemente una perspectiva criticable y construible; si de alguna manera puedes transmitir las reflexiones que tengas a este humilde, pero honesto autor, lo agradecería mucho para así poder generar en este espacio una especie de generación de ideas y  destrucción y construcción de discurso.